Las condensaciones se hacen más evidentes en las paredes que han sido alicatadas, el motivo no es otro que la poca o nula porosidad de los azulejos cerámicos. La poca porosidad convierte a los alicatados en elementos que no absorben la humedad por ello es frecuente verlos llorar.
Los cristales de las ventanas se comportan igual que los azulejos y son los lugares que primero nos avisan de la existencia de condensaciones en nuestros hogares.
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En cambio, las paredes y los techos enlucidos con yeso, al ser materiales más absorbentes, no expulsan la humedad, sino que la absorben, apareciendo con el tiempo colonias de hongos que poco a poco se van extendiendo.
Esas colonias de hongos presentan un aspecto negruzco y se sitúan con más frecuencia en las zonas altas de las paredes, en su encuentro con los techos, debido a que el aire caliente y húmedo, menos pesado, asciende hacia esas zonas.
Las colonias de hongos liberan sus esporas y éstas pueden ser inhaladas por las personas pudiendo contraer enfermedades respiratorias. Por ello es tan importante reparar las humedades cuando antes.
Enfermedades asociadas a la condensación
La mayoría de las enfermedades asociadas a la humedad son producidas por mohos y esporas que se multiplican en el aire. Existen personas a las que la combinación de estos agentes les puede generar una serie de efectos nocivos, tales como:
- Enfermedades respiratorias: Congestión nasal, Irritaciones a la garganta, Tos, Irritaciones a los ojos, Cuadros asmáticos, Infecciones, etc.
- Dolores articulares y musculares: El frío y la humedad son enemigos de las enfermedades reumáticas.
- Alergias: La exposición prolongada a los hongos, produce enfermedades alérgicas en algunas personas, generalmente, niños y ancianos, como la aspergilosis.
- Malestar: Cefaleas, cansancio, irritabilidad, ansiedad, náuseas, etc.